sábado, 8 de diciembre de 2007

Voces de plazas de Buenos Aires

Hay árboles que están libres y charlan e intercambian pareceres, recuerdan aquella vez que dos muchachos hicieron el amor bajos sus sombras. Discuten sobre si este verano será más caluroso que el anterior. A otros árboles algún malviviente nos plantó en una vereda céntrica y por miedo a que escapemos hasta nos pusieron una reja a la altura de nuestras raíces.
Soy un banco verde, pero algún malviviente me tiño de azul sin preguntar. Mis compañeros están todos ocupados, uno por una señora que alimenta con maíz a los pájaros que la rodean, en otro un señor se acuesta a tomar sol, en otro una mujer habla por teléfono con su celular, en otro una mujer fuma y mira incesantemente su reloj. Pero lo mejor pasa encima mío; una pareja de chicos observa la plaza con miedo , temiendo ser descubierta. Ahora el chico abraza a la muchacha como apropiándosela. Prometo guardar su secreto, me hace feliz hacerlo. Ellos saben que en el banco azul pueden confíar.
A las ramas nos parten pero en vez de morir nos duplicamos. Solemos, como yo, en este momento, tener la libertad de descansar sobre el pasto.
Soy una gota de agua que cae. Para encontrar donde caer necesito medios y no puedo negar que esta ciudad me los ofrece. Algunas compañeras tienen la libertad de elegir, burlan la imposición de océanos, ríos y lagos y eligen su lugar. Algunas son exiliadas de buena voluntad, a otras las han echado del hogar. Pero eligen un nuevo lugar y son felices hasta que el sol las seca.
Caigo en una hamaca en la que nadie se sienta, tal vez porque mi presencia incomode. La hamaca marea. La hamaca me lleva de viaje hacia atrás y adelante. La hamaca, ahora cuando ya me estoy secando, me devuelve al hogar. La hamaca marea.

7 comentarios:

Marco D´ Santis dijo...

Muy loco personalizarse en un banco, un árbol, o en una gota, pero lo más excéntrico es que el texto me haya hecho imaginar a mi como cualquiera de los objetos mencionados.

Muy buena la crónica "imaginaria".

Marco D`de tutea·blog

Anónimo dijo...

Gracias perso por el alago en mi blog. Voy a leer el tuyo a ver que tengo ganas de decir yo.
saludos.

Nardo dijo...

el que mejor me cae es el arbol, un abrazo

CaS dijo...

muy bueno aunque al del arbol lo veo verde,... al banco no me lo banco... y el de la gota, leerlo me moja todo

Coca dijo...

A veces empiezo a leer cosas con esa cara, la cara que tiene alguien a la 1 de la mañana frente a su computadora, sabiendo que se tendría que haber acostado porque se va a dormir en el trabajo, y mientras voy a leyendo se me va dibujando un mueca sonriente, como la que tengo ahora y es porque me ha gustado mucho lo que he leido. Buen efecto, ahora me voy a dormir. :)

Ilión dijo...

Qué bueno que me hayas visitado. Así he podido leerte yo a ti.

A mí me pasa como a una persona... me alegro de haberte leído.

Matías dijo...

Me gustó. También el de la tía abuela. Este me hizo acordar a ciertas cosas de Felisberto Hernandez: "-y me extrñana que ustedes no sepan cómo hace el árbol para pasear con nosotros.
-¿Cómo?
-Se repite a largos pasos. Se repite en la avenida indicándonos el camino; después de todo se juntan a lo lejos y se asoman para vernos; y a medida que nos acercamos se separan y nos dejan pasar." (F.Hernandez, Nadie encendía las lámparas. Cuento)

Saludos!